Se presiona a Santa Elena para que devuelva a África los restos de 325 personas esclavizadas, entre acusaciones de no cumplir un plan de reentierro digno, lo que podría tener repercusiones legales.

El territorio británico de ultramar de Santa Elena está en el centro de un creciente llamamiento internacional para que se devuelvan los restos de 325 personas anteriormente esclavizadas a sus tierras nativas en África. Esta demanda se produce tras el descubrimiento de estos restos durante la construcción de una carretera de acceso al aeropuerto en 2008, que desenterró un sombrío capítulo de la participación de la isla en la trata transatlántica de esclavos. A pesar de los planes para un enterramiento respetuoso y un monumento conmemorativo, activistas y organismos internacionales afirman que estos compromisos no se han cumplido adecuadamente, lo que ha llevado a plantear acciones legales contra el gobierno de Santa Elena.

Los restos descubiertos, entre los que hay un número desgarrador de niños, simbolizan la brutal realidad del “paso intermedio” y la engañosa etiqueta de “africanos liberados” que se dio a las personas que fueron sometidas a servidumbre o murieron en condiciones terribles en la isla. La polémica actual gira en torno al descuido del lugar en el que fueron reinhumados estos individuos y a la falta de protección del cementerio del Valle de Rupert, que tiene un inmenso significado histórico y emocional como testimonio de los horrores de la trata de esclavos.

Los defensores de la repatriación, entre ellos el Estado de la Diáspora Africana y la Comisión Internacional de Patrimonio y Cultura, argumentan que no se trata de una mera cuestión de interés histórico, sino de un paso crucial hacia el reconocimiento y la rectificación de las injusticias del pasado. Subrayan la necesidad de que estos restos sean devueltos a África como gesto de respeto y reconocimiento de la dignidad de quienes sufrieron.

Mientras el gobierno de Santa Elena contempla su respuesta, la comunidad internacional observa atentamente, reconociendo las implicaciones más amplias de este caso para los esfuerzos mundiales por afrontar y sanar los legados del colonialismo y la esclavitud. La isla, conocida por su aislamiento e importancia histórica, se enfrenta ahora a un momento crítico en su compromiso con un aspecto doloroso y fundamental de su pasado, con posibles consecuencias jurídicas y morales en el horizonte.

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