En sólo 12 meses, el grupo dirigido por el CEO Luigi Ferraris ha sido capaz de atraer a más de cinco millones de pasajeros, realizando inversiones de más de 800 millones de euros
por Robert Crowe
En sólo 12 meses de actividad en España, los trenes de alta velocidad de la empresa Iryo, controlada por el grupo italiano Ferrovie dello Stato, han conquistado el 25% del mercado. Se trata de un resultado especialmente significativo que consolida las ambiciones de desarrollo internacional del grupo dirigido por el CEO Luigi Ferraris y confirma su excelente capacidad para alcanzar los objetivos fijados en el plan industrial.
El Consejero Delegado de Iryo, Simone Gorini, recordó cómo el viaje inaugural, el 25 de noviembre de 2022 de Madrid a Barcelona vía Zaragoza, ha crecido hasta convertirse en una red que ahora conecta ciudades como Madrid, Valencia, Cuenca, Sevilla, Málaga, Antequera, Córdoba, Alicante y Albacete. Con 5,3 millones de viajeros transportados hasta ahora y 5,5 millones previstos para finales de año, la empresa prevé añadir tres trenes hasta 2026, además de la inauguración de la conexión Barcelona-Sevilla el 10 de diciembre. En resumen, un plan de crecimiento que viaja a toda velocidad.
A pesar de las inversiones de más de 800 millones de euros y de la competencia de tres operadores en el sector español de la alta velocidad, el objetivo de Iryo para 2024 es alcanzar una cuota de mercado del 30%. Gorini señala un “factor de carga” superior al 70% en algunas rutas del sur, señal inequívoca de una fuerte demanda que ha pasado de latente a evidente.
Gorini, comentando estos resultados, confirmó que la estructura accionarial de Iryo se mantendrá estable, con Trenitalia como accionista mayoritario con el 45%, seguida de Air Nostrum con el 31% y Globalvia con el 24%. El número de empleados, actualmente 580, no superará los 600 a corto plazo, manteniendo un crecimiento constante desde la presentación inicial en 2021 con sólo 20 empleados.
Un detalle característico de los trenes Frecciarossa de Iryo en España es la configuración interior: a diferencia de los italianos, los asientos están dispuestos en una sola dirección, similar a la disposición en los aviones, lo que refleja la preferencia de los españoles por evitar los asientos frontales.
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